A día de hoy, todavía se puede ver algún especial en Cuatro (?) sobre el mejor equipo de la historia, algún video en el Hat Trick donde Puyol nos hace eyacular nata con sus levantamientos, unos regatitos de Messi al son de Viva la Vida, el yayazo de la final de copa o una entrevista a la tia-abuela de Pedrito preguntándole por los goles en todas las competiciones de su sobrino-nieto.
Nosotros, el entorno, estamos aun sedientos de triunfo, pero totalmente ahítos de celebraciones. Estamos felices por lo logrado, pero de tanto recordarlo, desviamos nuestra atención de lo que importa: que estamos compitiendo. Y estamos tanto por la celebración y tan poco por la competición, que nos puede llegar a pasar, salvando las distancias, y sobre todo, las circunstancias, como al Sevilla tras el caso Puerta: Hasta que no lo olvidaron, no volvieron a competir. Porque competir significa luchar contra otros por un mismo objetivo, y cuando luchas contra iguales, si no tienes la mentalidad, la agresividad, la actitud, la disposición y el empeño que tienen los demás, pierdes.
Necesitamos concentrarnos en lo realmente importante. Por favor, basta ya de especiales en TV. Basta ya de recopilaciones de los goles de Pou. Basta ya de bufandas de les 6 copes en las promociones del papel para envolver el bocata. Basta ya de la hexatranquilidad del presidente y adláteres. Ya no estamos en verano. Ya tenemos la Intercontinental. La época del regocijo ha pasado. Hoy ya hemos vencido. Hoy ya hemos celebrado. Hoy competimos.
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