Ojito al notición, que va a salpicar a más de uno.
La salida al mercado del Lamborghini Gallardo ha levantado unas ampollas en el mundo del automóvil sólo comparables a la fabricación en los ochenta del Mitsubishi Pajero.
En los mentideros ya se especula con la próxima aparición del Land Rover Gayolo.
De hecho, las casas de apuestas británicas ya pagan esa posibilidad cinco a uno.
Los más reputados críticos automovilísticos se han apresurado a asegurar que esta noticia, igual que el depravado video de Max Mosley, añadirá más turbación al campeonato de Fórmula 1 que está a punto de empezar.
No hay más guarradas.
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